martes, 13 de marzo de 2012

Sueños

Queridos, idos e idas.
De sueños hablaré esta vez. No sé si lo comenté antes, pero desde que me mudé  esta casa sueño mucho. Algún psicólogo me dirá que sueño lo mismo y llevará razón. Lo que quiero decir es que me acuerdo de lo que sueño al despertarme, al menos durante un rato.
Inicié la aventura de escribir primero lo que soñaba, más tarde, de escribir sobre la sensación que me producía y, más adelante, escribir sobre los sentimientos que me producían los recuerdos del sueño.
Decir "soñar que soñaba" es demasiado Borges, pero a veces tenía esa sensación. 

Recuerdo hace unos días soñar con la muerte de mi padre (que sigue vivo y coleando y dando guerra) y despertarme sobresaltado, con lágrimas en los ojos, buscando el teléfono para saber que estaba bien. Aún mientras le leía tenía esa sensación de inquietud. Fue un día extraño de todas formas.

Hace mucho tiempo, años, soñé con la muerte de mi abuelo. Me decían que eso alargaba la vida o no sé qué tonterías. Murió unos meses más tarde, unos días antes de mudarme a Egipto. También eso es la vida. Tiempo y coincidencias.

Hace dos días soñé con mi hermano. Nada grave, todo lo contrario.
Era un sueño de escena única, para que me entendáis. Yo sólo veía a mi hermano de hombros para arriba, en un claro de bosque, bajo la lluvia. El miraba al cielo y sonreía.
Para que os hagáis una idea sobre el estado del sueño y la nostalgia producida voy a intentar ponerle música, algo como ESTO (porque si mi hermano se encontrase en plena libertad y fuese una canción, sería una como esta -grunge de Pearl Jam en acústico, con esos finales honestos que te hacen vibrar todos los huesos y te ponen los pelos de punta casi haciéndote perder la cabeza mientras corres bajo el Sol, con el viento de cara, libre, sonriendo y chillando como un loco, sin tensiones ni factores ajenos o personas que intenten arrastrarte a su miseria de vida; sintiéndote tú y nada más, porque en el fondo no importa nada más, y entonces oyes esas notas de guitarra con la batería dándolo todo y entiendes que si no te emocionas y estallas en ese momento es que no sientes nada y sólo cuando la canción termina, sólo entonces, te das cuenta de que llevas 5 minutos casi sin respirar, y respiras, y te sientes más vivo que nunca, y es una sensación que nadie podrá describir y es tuya, sólo tuya-)

Al despertarme noté que lo que más me llamó la atención fue su sonrisa. Comprendí que le echaba de menos.
Y el mismo día pude hablar con él.

Y la noche pasada ocurrió el efecto contrario. No recordé el sueño. Sólo lo supe cuando vi algo que me lo recordó. Entonces no sabía si soñaba despierto con el sueño o lo que soñé era parte de la realidad o lo que yo pensaba que era la realidad. Otro lío borgiano.
Diré entonces que creo que soñé con Glenn Cloud y su maravillosa interpretación del Preludio en do menor BWV 847, de J.S. Bach.


Todo un ejemplo de la perfección técnica y de una mente desquiciada.

¿Qué soñaría Glenn?

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