lunes, 12 de marzo de 2012

Los bichos esos en libertad

Aquí estoy de nuevo.
Digo de nuevo porque he estado desaparecido un tiempo. O eso me parece.
Novedades que pueda contar son pocas más allá de las "novedades de madre": como bien, el tiempo mejora (ya era hora) aunque con más tormentas de arena de las que recuerdo, me abrigo y etc...

Aparte, os contaré sobre el fin de semana pasado.
Aunque se está convirtiendo en una costumbre desagradable, tuve otra fiesta de despedida. Ultimamente viene siendo algo normal que, entre otras cosas, me impide salir de esta ciudad, aunque sea para ir a Ein Sokhna (a la playa, a casa de Zizo). Y el Viernes pasado hicimos una buena barbacoa detrás de las pirámides de Gizah. Así. Como suena.
Nos desplazamos en caballos y en camellos y echamos un día de lo más original. Sorpresa al homenajeado incluída.
Nos volvimos al atardecer, en nuestras correspondientes monturas.
El problema vino al llegar a la aldea de calles estrechas donde tres idiotas montados en una calesa entraron en uno de los callejones demasiado rápido. El primer caballo (David) ya salía del callejón; el segundo (Yara) pudo esquivarlos dándose contra el muro; el tercero (servidor) no pudo por falta de espacio.
El resultado fue un choque de la calesa contra mi pierna izquierda. Entre risas pude oírles gritar "sory ser, hahaha". En fin. El guía se me acercó y me preguntó cómo estaba.
- Is everything ok, sir?
- Not really (es la respuesta diplomática cuando se quiere decir "no")
- Ah ok. No?
- No.
- ...  eeeh... ok. No problem, sir.

Está claro que no se le puede pedir peras al olmo.

No parecía grave (creo que sigue sin serlo).
Total, que llegamos a las caballerizas, desmontamos, nos despedimos y nos subimos a los coches. Una hora más tarde llegué a casa y, al bajarme del coche, vi las estrellas. Me había enfriado.

El resultado fue un desgarro cutáneo por debajo de la rodilla y una rodilla que parecía una pelota de tenis de color rojo. No pude evitar acordarme del accidente de moto que tuve en 2007.

Resultado final después de aplicar los cuidados necesarios: 2 días de baja en casa. Puedo caminar y tal, pero me molesta un poco y sigue hinchado.
Y la mala leche de tener que tratar con cierto tipo de personas en este tipo de situaciones. Es lo que más cansa de este país, sin duda alguna.ç

Y todo por un caballo que tiraba de un carro con tres burros montados en él.

Mamá, no te preocupes que estoy bien.

Ahora, a prepararme para el Cairo Jazz Festival del próximo fin de semana (otro sin salir, pero con un otro motivo).

Sólo quería dar señales de vida.

Besos y abrazos.

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