martes, 12 de julio de 2011

Los tiempos cairotas


Hola, grumetes.
Esta aventura diaria, en la que te pasa algo siempre, casi sin excepción, llega a ser desesperante.
Algunas cuestiones se pueden dilatar. Pero cuando toca la fibra, toca de verdad.

Llevo tres semanas intentando saber el veredicto de mis vacaciones. Tres. No exagero. Todo son "si Dios quiere", "tranquilo", "relájate, todo saldrá bien". Al final, llevaban razón, pero, como no, con prisas.

Tengo que reconocer que, incluso tiempo después, me saca un poco de quicio la parsimonia; el estar detrás de todo para que las cosas funcionen. Pero así es la vida, y la acepto con alegría. Aunque me desespere. Estoy convencido de que tiene su lado positivo y no puedo negar disfrutar cuando son ellos los que tienen prisa y yo soy el freno.

Pues con todo, como decía, resulta que llevaban razón. Vacaciones al canto, como estaba planeado. Y ahora, todo de ultima hora: avión, tren, maleta, compras... Mejor así que no tener nada, la verdad.


A todo esto, antes de que se me olvide: Tahrir está hirviendo otra vez. Por favor, intentad leer poca "prensa" (ABC, El Pais, El Mundo...) y leed algo que os informe de verdad.
Sinceramente, desde mi prisma, me parece un poco cansino. De nuevo interviene el tiempo. Con lo que son aquí de "mañana, si Dios -Allah- quiere" y ahora resulta que quieren cambiar todo de la noche a la mañana.
Modificar una Constitución en dos meses. ¡Qué locura!

Basura hay menos, eso sí. Y entiendo que en el fondo viene bien para que no decaiga el espíritu revolucionario (todavía no me creo que esto sea una revolución, pero ese es otro tema) y que la gente abogue por un cambio... aunque después los manipulen mediáticamente como a borregos, igual que en España y en medio mundo.

Aprovecho para decirle a Chío, si lee esto, que podía haberse buscado otra época para la boda, con el calor que hace :P -queda como dato-

Es cierto que las cosas que te pasan, a veces te ayudan a reflexionar sobre cosas en las que no habías caído, como el hecho de que ahora que vivo fuera, estable, todas mis vacaciones serán a España. O no. Cada vez que voy se vuelve a resetear el marcador. También me pregunto si vendría alguien a verme (padres y hermano excluidos, por supuesto). No es que me sienta solo, ni mucho menos. Es una curiosidad, nada más.

De momento, noto que cada día se hace más complicado no dejarse llevar por los ritmos aquí. Es como ir contra corriente. Es independiente a los valores de cada uno (que están más afianzados), pero es un aspecto a tener en cuenta.

¿Me estaré "egipciando"?

PS: menudo Ramadán se avecina este año.

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